Don Alfredo era un viejo tan sabio y tan viejo como los cimientos del pueblo. Misteriosamente nos conocía a todos, pero casi no conocíamos nada de él.
Durante la tarde observaba desde su esquina la vida pasar, con una pipa en la mano que nunca había visto encendida y una botella de agua en el suelo, junto a la silla donde permanecía sentado durante horas.
El día que Don Alfredo murió, algo en nosotros se fué con él. Su familia era todo el pueblo y todos le dimos su funeral y su digno entierro.
Tiempo después descubrimos que el viejo solía ser un escritor y nosotros fuimos su proyecto más ambicioso. Fundó un pueblo alejado y dejó que la gente entrara en su misterioso plan por redactar el libro más extraño, grande y real de la historia.
Don Alfredo fue un apasionado escritor de quien aprendí a perseverar y dar lo que se necesite por llegar a donde quiera ir.
Don Alfredo vio la vida de todos pasar y nos dejó un legado increible: La historia de nuestra historia.
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1 comentarios:
Nontendí el anterior, este me gustó :P
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