Era una ironía que se me ocurría al amanecer hoy. Soy de pensar idioteces seguido, pero hoy batí el record de "El pensamiento idiota más rápido de la historia".
Dos cucharadas de azucar serví en mi café mientras miraba el horizonte del living, con la mirada fija en una mancha de la pared. Seguía inundado de ideas sin sentido hasta que de la nada me vino un momento a la imaginación: ¿Por qué somos tan perfectos e imperfectos a la vez?
Vacié mi taza y salí a preguntarle al mundo la gran cuestión que se me ocurrió.
Pero me cansé al caminar unas cuadras y me di cuenta de que la imperfección está hecha para que algún día podamos dormir
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