Desencuentro Casual

Que patético es el llorar en público, pero esa mujer lo hacía sin cesar en el medio de un restaurant. Llevaba más de media hora esperando sola en una mesa para dos. Minutos antes de que rompiera a llorar le había llegado una llamada, la misma que provocó que pidiera algo de licor. Yo la miraba desde una esquina, siempre me gustó elegir mesas en ese sector, observaba a todas las personas dentro del lugar y por la ventana al mundo exterior que nos rodeaba.
Había visto miles de situaciones similares -yo era habitual en el restaurant a la hora de almorzar-, pero nunca nadie me había causado tanta pena y ternura como esa mujer. Sus labios informaban su tristeza, casi tanto comos sus ojos y las lágrimas que drenaba humedecían el mantel. Por un instante me miró, yo le sonreí, pero no logré respuesta alguna, estaba sumida al dolor de que QUIEN SEA no llegara y, por lo visto, nunca lo haría.
Sus ojos celestes inundado de lágrimas hacían latir mi corazón, entre pena y mal estar, me hacía sentir amor. Era la perfección hecha mujer, con la tristeza, a pesar de todo, aumentando su belleza. Su boca. ¡Qué hermosa boca! Su boca incitaba a querer besar y sus manos suaves a acariciar. Me levanté de mi mesa al finalizar, miré mi reloj y me percaté de que 40 minutos la habían hecho esperar. Me acerqué y en un impulso frené frente a su mesa y la miré. Al fin me sonrió y dijo: 'Así que eras vos'.
Tres años pasaron y sentado en mi cama la extraño. No puedo esperar a que vuelva de casa de sus padres, para poder besarla y abrazarla infinidad de veces más.

2 comentarios:

G r e † e L . | 12 de septiembre de 2009 a las 10:18

NO entendi ):

Anónimo | 12 de septiembre de 2009 a las 10:55

Pastillerito♥
Te amo bo'
Vamos a ser grosos (H)

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Frase del día

El dolor es máss poderoso cuando piensas en él como un ser exterior.


Anónimo

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